Como sabéis el servicio de descarga Megaupload ha sido clausurado, dejando a unos 180 millones de personas sin poder hacer uso de sus ventajas. Claro está, que algunas de sus ventajas pasan por tener alojados millones de archivos con derechos de autor que están siendo vulnerados. El gobierno de Estados Unidos, en su afán por acabar con la piratería está cerrando puertas y ventanas a una casa en la que se necesita aire desde hace mucho tiempo. El aire se ha vuelto caro y estábamos pagando cada vez más por él. Pero hemos tomado conciencia y desde hace ya una década podemos tener en forma de archivos la música, las películas, las series, los programas, etc. Los creadores no tienen culpa en su mayoría, y es más, no soy el único que piensa que están siendo engañados impunemente por sus empresas de gestión de derechos. No se le puede cobrar al cliente la barbaridad de 21€ por un CD de música y esperar que siga comprando con el mercado saturado de discos mediocres y pseudo cantantes. Si ellos están de esta manera disminuyendo la calidad o encareciéndola, nosotros debemos protestar. De ninguna manera pienso que haya que seguir descargando gratis, aunque yo lo haya hecho. Me considero más bien miembro de una revolución que debería llegar a su fin porque ninguna de las parte saldrá beneficiada de iniciar una guerra. Si de verdad quieren hacer algo útil no por su dinero, sino por el futuro de la cultura, primero voy a hacer hincapié en dos aspectos: (Seguid leyendo, por favor)
- El primero, que los miembros actuales de la Industria responsable de los derechos de autor no están para nada velando por la Cultura de ningún tipo, excepto si nombramos cultura al amor por el dinero. Hacen flaco favor al futuro de todo este negocio si sólo se preocupan de lo que tienen ahora en el bolsillo.
- El segundo, que cultura no es sinónimo de industria, y qué podemos esperar de la gente que se aprovecha de los creadores para generar dinero como intermediarios, sino que se defiendan públicamente y con los medios que el Estado les pueda proporcionar de una situación que de manera natural, justa y gradual, les ha ido quitando la razón.
Está muy claro. Yo no quiero perderme “La Chispa de la vida” de Alex de la Iglesia, ni el último episodio de “Hijos de la Anarquía” de Kurt Sutter, o el último estreno de Tarantino, pero ellos no tienen la culpa de que los costes se hayan convertido en insostenibles tanto para ir al cine, como para comprar las series y las películas. He descargado y al principio guardaba todo aquello que llegaba a mi disco duro. Luego vino el canon y los discos se encarecieron. Dejé de guardarlo todo y me dediqué a descargar, ver y borrar. Más tarde encontré Megaupload, y pagando me pude bajar de todo...un momento...¿PAGANDO? sí, pagando, y además compartiendo el pago. Es decir, que me parecía plausible pagar 60€ al año por tener acceso a todo el catálogo mundial de series, películas, música y sotfware. Hombre, yo hace mucho que dejé de descargar software pirata porque creo que se nota más en los creadores de software el hecho de no pagar lo que obtienes. Y han aprendido antes que las otras industrias como en Steam, un servicio donde los videojuegos se compran por Internet y se van abaratando con el tiempo, hasta el punto de que juegos con 1 año de antigüedad y tecnologías impresionantes se venden por un precio irrisorio.
Pero la música parece que empieza a ver un poco la luz. Servicios como Spotify están dando pasos de gigante, y las discográficas tienen que, ahora sí quiero decirlo, bajarse los pantalones y claudicar, porque es el futuro. Y si no se rinden ante la evidencia, verán que por muchas ventanas y puertas que se cierren, mientras haya seres que quieran respirar, no pararán de abrir agujeros.
En cuanto a la industria del cine y las series que se pongan las pilas. Estoy deseando que llegue NetFlix a España para pagar. Sí, señores, para pagar por lo que veo en casa, para tener un catálogo, no como en Imagenio ni similares, por precios desorbitados. Quiero un catálogo extenso, quiero las series al tiempo que se estrenan y también en versión original con subtítulos, para verlas como antes, cuando salían en Estados Unidos. Y lo quiero pagar porque creo que merece la pena. El problema es:
¿La industria cree que merece la pena que millones de personas paguen una tarifa plana para ver el contenido, en vez de que dejen de pagar para buscarlo por otros medios que además terminan enriqueciéndose?
Si os ha gustado y queréis leer más sobre tecnología o preguntarme algo, soy @ihsanshade en Twitter.
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