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viernes, 27 de enero de 2012

Cine :: Green Hornet



   


Como todo aquello green que Al Gore puso de moda con aquel documental tan espontáneo llamado Una verdad Incómoda, destinado a alcanzar el centro del terror de nuestra amígdala cerebral, el subproducto se serie ZZZ, el excremento maloliente perpetrado por Seth Rogen como guionista y actor apesta cual estercolero de Coruscant.
   No he visto el cómic ni la serie original, que siendo de aquellos años me atrevo a decir que no sería tampoco muy allá. Y si trabajaba Bruce Lee, menos todavía. Y eso que soy fan suyo, pero hay que reconocer las cosas. Pero la película que he intentado ver carece de tal nombre, es más, estoy buscando sinónimos de la palabra que no quiero escribir para calificarla adecuadamente, a la obra y al creador de tan magnífica bazofia. Seguid leyendo. O no.

   Ya me dio muestras Seth Rogen de su talento cuando me tragué por equivocación aquella extraña y nada divertida película de Adam Sandler (Hazme reír, 2009), y eso que no era el guionista. Pero es que como actor parece el recambio de Sandler.
   En The Green Hornet (Michel Gondry) es nada menos que co-guionista junto a Evan Goldberg, y entre ellos han parido obras como Supersalidos (2007) y Superfumados (2008). Estrellas de las alcantarillas de Hollywood.

   Así pues, os destrozo la película porque creo en el bien y os estoy regalando el tiempo que perderíais bajándola (porque comprar esto es un pecado en todas las religiones habidas y por haber) y viéndola. Britt Reid (Seth Rogen) es el hijo único y mimado de James Reid (Tom Wilkinson), un magnate de la prensa comprometido con su época y preocupado porque su hijo es un vago que no da un palo al agua frecuentemente de fiesta y gastando dinero. Cuando su padre muere, Britt despide a todo el personal de la mansión, y al despertarse al día siguiente comprueba que el exquisito café que suele degustar en el desayuno ha sido sustituido por un brebaje digno del populacho. Este hecho es lo suficientemente grave como para que Britt recorra las salas de la mansión pidiendo su café de siempre y se encuentra con alguien del servicio aún restante que le indica que antes, su café lo hacía un tal Kato (Jay Chou), al cual despidió el día anterior junto con la mayoría del personal. 


   Como es un rico mimado hace que vuelva Kato, el cual le prepara su café de siempre y se ponen a hablar. Luego de una conversación, la estúpida mente de Britt da a luz una idea absurda como es la de salir a arrancar la cabeza de la estatua de su padre que la ciudad ha tenido a bien situar en un parque. Mientras están realizando esta obra de arte abstracta tiene lugar una agresión y Britt termina peleándose con los agresores, pero como es un manta y no sabe ni hacerse un café, tiene que salir Kato a defenderlo. He aquí la única “sorpresa”: Kato es un dechado de virtudes, sabe luchar, construye y modifica coches y hace un café estupendo. Y se ponen a luchar contra el crimen no sin antes manipular la opinión pública a través del periódico que ha heredado de su padre. No destaco ninguna actuación, ni a la secretaria de Britt (Cameron Díaz), ni al editor jefe del periódico (Edward James Olmos), ni al padre (Tom Wilkinson), ni a Christoph Waltz porque la película no merece la pena ni enumerarla entre las muchas que han hecho estos actores. Es más, si yo fuera actor de esta película (sin duda por cumplir la última voluntad de un moribundo, porque si no...) la borraría de todas mis memorias.
   Y ahora voy a enumerar lo que he comentado más arriba:
   -Excremento, heces, caca, cagada, suciedad, porquería, birria, bodrio, chapuza, etc.


   Creo que hablo en nombre del buen cine cuando, parafraseando a Ian Malcolm cuando ve los excrementos del triceratops:

   MENUDO MONTÓN DE MIERDA

Trailer del montón de mierda:



Fotos:


   

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