El personaje que nos ocupa hoy es un actor más que consagrado, con mucho cine a sus espaldas y que lleva entreteniendo a generaciones con su buen hacer.
El señor De Niro es italoamericano, y como tal lleva en sus venas una energía enorme que se nota en cada trabajo que he tenido el gran placer de admirar. Una especie de chulería innata a la vez que un gran respeto por su oficio hacen de él un actor de los que no hay demasiados, quizá ninguno exceptuando a Joe Pesci o Al Pacino, pero sin tanta exageración. Es el tipo que no quisieras encontrarte nunca en contra porque lleva razón, y si no la lleva no podrás convencerlo. Tiene en la cara esa expresión de saber adónde va y lo que quiere, nadie podrá pararlo.
No quiero extenderme en cuanto a biografía ni estudios ni nada que no sean las impresiones que ha ido dejando a lo largo de los años en las películas que le han hecho el autentico monstruo de la escena que es. Es más, sólo voy a tratar este tema.
No tengo la edad suficiente para haber visto sus películas ordenadas cronológicamente y a su tiempo, pero sí que he querido verle en papeles anteriores a mi época, por tanto es un actor que atrae y convence tanto que queremos más de él. Una vez que lo has visto en El Padrino II haciendo de un joven Vito Corleone sabes que le vas a volver a ver, y no hablando italiano precisamente. Papeles como el de mafioso le vienen perfectos a este actor de aspecto imperturbable pero enormemente expresivo cuando tiene que serlo. Sin ir más lejos, su papel de Al Capone en Los Intocables de Elliot Ness es simplemente brutal, su ira, su resolución, el poder que destila en cada gesto es innegable.
En Uno de los nuestros, de Martin Scorsese, empieza siendo parte de un equipo con grandes aspiraciones, pero termina siendo un individuo temible y temido, con una determinación por encima de las relaciones amistosas de toda la vida.
Si en estas fue grande, en Casino (de nuevo de Scorsese) no lo fue menos, bregando arriba y abajo con una gran Sharon Stone y bordando otra gran actuación de mafioso. Incluso en las comedias Una terapia peligrosa y Otra terapia peligrosa, en la que vuelve a interpretar a este tipo de sujetos nos deleita con la cara contraria, la de un cómico enorme, que lo mismo que asusta hace reír y se pone en ridículo para nosotros, significando entonces absolutamente que es un actor. Y cuando un actor que durante años ha interpretado a gánsters duros se da la vuelta encontramos al cómico que llevamos esperando tanto tiempo, una caricatura de hombre duro, unas situaciones de lo más hilarantes, y por supuesto me refiero a la saga que comenzó con la película Los padres de ella, en la que nos convence como padre que evidentemente quiere el mejor marido para su hija. Claro que no será un padre normal...XD.
No me olvido de otros papeles más antiguos y que han hecho de él una leyenda, como aquel taxista de la película Taxi Driver, delante del espejo y con la pistola, en una de las escenas más copiadas de todo el cine. De hecho, antes de ver Taxi Driver creía que la escena era original de Regreso al Futuro III. Cosas que pasan cuando no has vivido los orígenes de las cosas. También tengo que mencionar The Deer Hunter, aquí más conocida como El Cazador, y la transformación que sufre su personaje (también como en Taxi Driver), con una gran Meryl Streep. Y eso que aún me queda pendiente Toro Salvaje...qué vergüenza...
Mención aparte para El cabo del Miedo, remake de El cabo del Terror, en la que interpreta a un ex-convicto salido de la cárcel y dispuesto a vengarse del abogado que con una moral cuestionable lo traicionó. Y la venganza es un plato que se sirve frío. Por supuesto de aquí es conocida la famosa frase de: "Abogadoooo" que tantas veces ha parodiado nuestro polifacético humorista y amante del cine José Mota.
No quiero terminar sin referirme a una película atípica en su filmografía, pero que caló hondo entre los espectadores, que pidieron el duelo de actores una y otra vez. La película Heat, de Michael Mann, tuvo varios alicientes como ser una muy buena cinta de acción, con personajes sólidos y que contaba con el enfrentamiento De Niro-Pacino, dos actores que no habían coincidido desde El Padrino II, pero que debido al guión de esta era imposible que compartieran pantalla, pues protagonizaban dos líneas temporales diferentes. No hace mucho tiempo volvieron a compartir escenario, en la película 88 Minutos, pero no la considero una de las grandes, aparte de que se esperaba mucho de un dúo protagonista de tanta calidad individual. otra obra menor para mí es The Score, donde trabaja con un Marlon Brando ya en su recta final como actor, y un sobrepasado Edward Norton en sus habituales papeles dobles o triples. No siempre el todo es superior a la suma de sus partes, ni siquiera igual a ella.
Como complemento a este post me gustaría destacar al actor que le da vida en castellano aquí en España, el gran Ricard Solans, que también suele realizar el doblaje de la voz de Al Pacino, Dustin Hoffman. Y Sylvester Stallone en la mayoría de sus trabajos. Si os fijáis en las películas que he ido enumerando, hay algunas en las que coincide con Al Pacino y otras en las que lo hace con Dustin Hoffman. Pues bien, siempre que ocurre esto, la voz de Ricard Solans es asignada al señor De Niro, dejando a los otros dos actores que sean doblados por otras voces también habituales. Esto me hace suponer que la identidad de Robert De Niro está muy marcada en el cine, o que es una idea general que no es el mismo sin esa grandísima voz del doblaje español. Un detalle que no hay que dejar pasar.
Sé que me dejo películas en el tintero, pero espero haber despertado el interés en vosotros por este actor que ha conseguido acongojarnos, sorprendernos, hacernos reír y tantas otras emociones con su gran talento.
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