¡¡¡MÁS DE 43000 GRACIAS!!!

¡¡¡GRACIAS POR ESAS 199K VISITAS!!!
Si quereis una visión diferente del blog, pinchad aquí

viernes, 9 de septiembre de 2011

Cine :: 3D



Cuando vamos al cine buscamos algo más que ver una película, buscamos una cierta experiencia. Esta experiencia depende del género del film, la comodidad del asiento, la climatización, el sonido, la hora elegida, el resto del público, la expectación, etc. Son muchos factores que influyen en la manera que tendremos de vivir esa experiencia y de ellos también depende qué impresión nos llevamos y qué recuerdos guardaremos. Actualmente contamos con multitud de centros comerciales con varias salas de cine en las que poder ver toda la oferta comercial del momento, y del total de las salas seguramente hay un porcentaje con pantalla gigante, otro porcentaje de salas con proyección digital, o 3D...en fin, que podemos elegir, o no?



Cuando una película es emitida en 3D, la lógica nos dicta que estaremos ante un espectáculo digno de aprovechar esa tecnología, y por tanto disfrutaremos más de esa experiencia que buscamos. El motivo real es que pensemos eso y cascarnos un sobreprecio por ver una película en pseudo 3D con unas incómodas gafas sudadas.

Si habéis visto la película Avatar de James Cameron, habréis disfrutado de un gran espectáculo, que gana enteros en 3D al contar con la tecnología de manera nativa, pues se ha rodado con cámaras 3D. Así pues, en la versión tridimensional la profundidad de ciertos entornos de la película es tal que resulta creíble. Creer, luego sentir, y por tanto vivir, esa es la experiencia.


También es cierto que no son las tres dimensiones más perfectas, y de hecho Cameron promete mejoría para el resto de la trilogía. Eso no quita para que sea uno de los mayores espectáculos audiovisuales que he tenido el privilegio de vivir. Por supuesto que no supera a esa proyección del pabellón de Fujitsu en la Expo'92 en que nos vimos inmersos en el interior de una planta, moléculas flotantes a un metro de la cara incluidas, pero como cine comercial me vale.

Ahora bien, por qué nos cobran de más por ver en tres dimensiones una película que no está filmada con las cámaras correspondientes? Se ve a la legua que no estamos ante el mismo tipo de película cuando notamos la falta de nitidez, de profundidad y esa oscuridad añadida que desaparece al quitarse uno las gafas sudadas, y comprobar que se ve mejor sin ellas. Si para colmo la película es mala, pues adiós experiencia. Bueno no, porque seguiremos habiendo sentido y vivido algo que recordaremos, sólo que mediocre o negativo.

Me niego a ver películas en 3D rodadas en 2D, es más, si algún día me quitan la posibilidad de verla en
2D en el mismo cine, tengo toda la autoridad del mundo a descargarla, porque la industria (no el cine ni el arte) me está engañando, aparte de cobrarme el canon.

   Fotos:


No hay comentarios: