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miércoles, 24 de agosto de 2011

Tecnología : Yo soy español



   




La tecnología que nos facilita las cosas en lo cotidiano ha evolucionado hasta tal punto que apenas nos hace falta sacar dinero para ir a comprar, o a un restaurante o a cualquier comercio dedicado a servicios. Por supuesto, para comprar por Internet, incluso por teléfono, los servicios telemáticos de los bancos y cajas de ahorro nos han facilitado la vida enormemente, llegando el caso de gestionar casi todo lo que consumimos con este tipo de transacción electrónica. Los negocios han adquirido tecnología para ello, se han comprometido para facilitarnos el pago electrónico. Incluso ahora que contamos en el hogar con ordenadores de fácil manejo y acceso a Internet, podemos hacer compras y gestionar nuestra cuenta bancaria con toda comodidad.



   Hay que destacar que desde hace unos años existe el Documento Nacional de Identidad electrónico (DNIe) que nos permite acceder virtualmente a varias oficinas de la Administración, incluido el Instituto Nacional de Empleo (INEM), para evitarnos ir a sellar la cartilla del paro (y de paso no ir con el mono lleno de pintura a decir que seguimos en paro y sin cotizar). Aunque todavía no contamos con acceso al 100% de los servicios, todo son facilidades para nosotros como clientes y como ciudadanos. 
   Como he indicado más arriba, los negocios, los bancos y también la Administración se han esforzado en adquirir/construir/adaptar las infraestructuras necesarias, utilizando para ello una buena cantidad de recursos económicos. Mucho de esto redunda en su propio beneficio, eso lo tengo claro, pero no significa que no podamos servirnos de ello.
   Según tengo entendido, es más fácil controlar el dinero de esta manera que en metálico, pero a mí no me supone problema alguno, no tengo porqué esconderme. Los locales y negocios pueden incurrir en delito con nuestras tarjetas, ya sea en el local o por Internet, pero actualmente existen medidas para evitarlo y en caso de cometerse el delito, recuperar parte o la totalidad del dinero. No me ha surgido ningún problema y seguiré pagando con tarjeta y comprando por Internet1. También es posible que si usamos los servicios que pone a nuestra disposición la Administración sea más fácil dar con nosotros u obtener nuestros datos personales. Pero opino que si pagas lo que debes y no tienes nada que ocultar, no es inconveniente.
   Todo esto no vale para nada cuando surge el cazurro que todos llevamos dentro y suponemos que nos lo quieren robar todo. Tengo muy cercana la experiencia de personas que por no confiar en los sistemas informáticos suelen llevar encima alrededor de 300 euros para compras, gastos fijos e imprevistos. Entiendo que pueden surgir imprevistos, pero no que eviten que me acerque a un cajero o haga una transferencia. Por supuesto me refiero al tipo de persona que evita a toda costa utilizar una tarjeta de crédito (¡¡¡en el siglo XXI!!!), usar el DNIe o acceder al banco a través de Internet. El tipo de persona que no siendo muy mayor, está a las 6 de la mañana en la cola del centro médico, cuando se puede cómodamente pedir cita por internet (bueno, algunos de estos ya aceptan que se puede llamar por teléfono). El tipo de persona que cada transacción bancaria que hace la hace en persona en la ventanilla de su caja de ahorros, aún sabiendo que existe desde hace tiempo un cartel que indica que para ese tipo de operaciones el cliente vaya al cajero electrónico. El tipo de persona que espera a que le manden el aviso de la compañía de electricidad, gas o agua para ir al banco a pagar  porque el dinero lo tiene en una losa o en el colchón, aunque de estos quedan muchos menos. Y si esto es sorprendente para mí, que he crecido en la época en que aún no se hacía todo esto mediante la tecnología, ni hablemos de comprar por Internet. También se ha dado el caso de la persona que, al no fiarse de las compras por Internet, me ha pedido que yo compre el artículo y me ha pagado a mí. Oiga, que yo también expongo la tarjeta de crédito y el nombre en Internet...
   En definitiva, que vivimos en unos tiempos muy modernos, en los que nos sellan la cartilla del paro por Internet de forma segura y cómoda para no esperar colas, a mucha gente que está trabajando de manera ilegal y engañando a la Seguridad Social, que es lo mismo que engañar a los que trabajan legalmente. Pero lo mismo que queremos ventajas y comodidades deberíamos hacer uso para las demás operaciones que por muchos peligros que tengan, son absolutamente más cómodos.
  1. Varias cosas, entiendo que no todo el mundo sabe manejar un ordenador, pero sí un cajero electrónico. Aunque disguste a alguien, la verdad es que todo el mundo sabe el dinero que tiene y lo que tiene que pagar.
   Que ya sé que las transacciones electrónicas son presa del gusto de muchos delincuentes, pero que hay que tener en cuenta que no todos actualizamos ese Internet Explorer 6 y ese antivirus gratuito. 
   Las tarjetas de crédito con chip EMV son aquellas que necesitan del PIN para poder comprar con ellas en los establecimientos. A mucha gente no le gusta teclear su PIN en público, pero son más seguras porque en caso de fraude se sobreentiende que el cliente está exento de culpa. 
   Existen las tarjetas para compras por Internet, tarjetas monedero recargables y no rastreables por delincuentes informáticos. Además no mantienen relación con nuestra cuenta de ahorro, por lo que no se puede acceder a ella desde estar tarjetas. Pregunta en tu banco.
   Por último, quiero dedicar algo a esas personas para las cuales la tecnología es sólo algo de moda y cuyos usuarios siguen siendo freaks y seres deleznables y marginables:
   ¿Ahora que todo funciona mediante la tecnología qué vais a hacer? 


   Foto:

1 comentario:

El NoLo dijo...

Yo hace mucho que uso todas esas facilidades en mi vida cotidiana. Incluso me ha caducado un certificado digital (lo que indica los años que llevo usándolo). He comprado con visa por telefono y por internet, y hace poco he reforzado mi seguridad con una Visa Money, recargable e independiente de mi cuenta. The future is now!