Si tuviera que elegir una serie en la que sus protagonistas valoraran sus principios por encima de todo, incluso de las normas políticamente correctas de la sociedad, no sería Los Soprano. No porque no me guste la serie, sino porque ya hay muchas referencias a la mafia en los medios audiovisuales y me parece que ya se espera una determinada conducta de sus protagonistas. ¿Mercado saturado?
Esta serie no es muy distinta en cuanto a temática: nos habla de hermandad, lealtad, amor, principios y familia por encima de todo. Pero también de desafiar las normas, de delincuencia y de territorialismo. Aunque los valores negativos quedan eclipsados a modo de autoindulgencia por los positivos, en una serie que destaca por la evolución de sus
personajes, los valores pueden ser secundarios.
Los personajes son intensos, profundos y la mayoría casi siempre sinceros con los de su entorno. Las veces que no lo son se pagan caras. Y tengo que decir que aunque no entiendo mucho de esto, la fotografía de la serie en cuanto a captar emociones es épica. Por supuesto los actores me parecen estupendos, y podemos encontrar caras conocidas, como por ejemplo:
-Ron Perlman (Hellboy I&II, El nombre de la rosa, Alien Resurrection, Blade 2, etc)
-Tommy Flanagan (Braveheart, Gladiator, Ases calientes I&II, Sin City, etc)
-Kim Coates (Prison Break, CSI Miami, etc)
El resto de actores tiene en su haber muchos trabajos, pero de menor repercusión para la gran mayoría. Aun así, seguro que reconocemos más de una cara al ver la serie (como al Director Adjunto Walter Skinner, de Expediente X) y las caras nuevas no se quedan atrás (Maggie Siff, vista en Mad Men).
En resumen, si te gustan las series intensas, con buenos personajes, historia coherente y fuera de la ley, te gustarán los Hijos de la Anarquía. Y si a los dos capítulos ya estás enganchado/a no te extrañes, llegarás al final muy recompensado por el argumento y los protagonistas.
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