La elección

     Diría que todos hemos tenido la impresión en algún momento de que algunos eventos han de tener lugar. No importa la forma, tienen que pasar. Algunos han sido positivos en su mayor parte, otros no. Esa impresión a veces es más fuerte, y me inclino por creer que verdaderamente hay ocasiones en que no dudo que sea así. Hay personas destinadas a hacer ciertas cosas, se dan circunstancias que no son nada casuales, y que son causadas por las acciones de otras personas, que llevan el presente por un determinado camino. Si esto es así, ¿es real la capacidad de elección que presuponemos al presentar el libre albedrío como inherente al ser humano? 

   La elección, si seguimos este pensamiento, no es real, es algo que se nos presenta pero que no implica opciones reales. Podemos creer en que existen varias alternativas en el momento de elegir, pero siempre elegiremos la que nos toca, y si cambiamos de idea a última hora, es porque es el camino que en principio estaba escrito. Pero mirando muy de cerca, en el momento preciso, parecería que podemos optar por uno u otro camino. 

   ¿No os parece que aunque el camino esté definido, es interesante recorrerlo?

   Una de las cosas que me hace dudar de esto es que en realidad, lo que nos parece un cúmulo de casualidades es el resultado de una ecuación cuyas variables son cientos de miles de millones, una por cada acción que una persona haya realizado, o circunstancia externa que se haya dado. Y dudo durante un rato solamente, porque cada acción puede ser intencionada o al azar, y las combinaciones entre ellas son aparentemente casuales, sin embargo, al final del día vuelvo la vista atrás, y todo cobra sentido. Termina siendo una historia perfectamente guionizada, con hechos coherentes, lo que me demuestra que existen un orden en ese caos de acciones y circunstancias. 

   Caben muchas preguntas que pongan a prueba esta teoría, pero creo que las iré contestando con el tiempo.