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domingo, 3 de julio de 2011

Series :: Historias para no dormir



   La palabra “antiguo” en el mundo en que vivimos refiriéndonos a productos audiovisuales queda únicamente vigente para aficionados y freaks que persiguen entender mejor y descubrir que no todo se ha inventado hace unos pocos años.
   Hubo un tiempo en que en España y parte de Iberoamérica se emitía una de las mejores series de misterio, intriga y terror que ha conocido el mundo. Su creador, Narciso Ibáñez Serrador, fue uno de los pioneros en la televisión española en este género. Ha habido reposiciones, por supuesto, pero hoy día quien mirando su pantalla de 50 pulgadas en alta definición descubre imágenes en blanco y negro un tanto borrosas y en sus altavoces DTS un sonido en directo de la época (hablamos de que la serie comenzó en 1966 y con pocos medios), seguramente cambie de canal. Pero si tenéis paciencia y sabéis leer entre líneas y ver entre tanta neblina y ausencia cromática, podréis experimentar aquello que se perseguía cuando se idearon estos episodios.



Narciso Ibáñez Serrador
   En cuanto a la serie, consta de presentación por parte de su creador, normalmente en tono satírico o de humor negro, de un modo parecido a Alfred Hitchcock en su serie respectiva. Después de una larga lista de títulos de crédito con música e imagen fija, comienza el contenido del episodio. Suelen ser guiones originales de Luis Peñafiel, que no es otro que el propio Ibáñez Serrador, pero a veces también guioniza historias de suspense o terror, como ocurre con El Pacto, basado en una historia de Edgar Allan Poe. Precisamente a Poe recurre varias veces el guionista a la hora de elegir historias. Algunas de ellas debo decir que superan con creces a cualquier película o corto actual que se precie de intentar incomodar nuestra tranquilidad. 
   Los medios -hay que tener en cuenta la época- eran escasos, y por ello mismo donde faltaba un escenario, una calle, una puerta,... había imaginación. Sin ir más lejos la historia llamada El asfalto tiene lugar en un entorno cotidiano: una calle. Pero no hay calle, ni edificios, sólo personas paseando por un decorado dibujado en paneles, y tengo que decir que llego a aceptar ese hecho porque de verdad lo importante es la moraleja, la historia, el personaje, no la calle, que puede ser cualquier calle. Por eso no tiene importancia. En otros episodios, en cambio, tenemos incluso escenas exteriores, pero no están muy conseguidas. Aquí lo que prima es sobre todo lo humano, y el resto es atrezzo.

Narciso Ibáñez Menta
   De los actores, por cierto, que me llevé una grata sorpresa al reconocer varios nombres y caras, no tengo queja alguna. Los protagonistas son actores hoy día consagrados y/o difuntos, pero que dejaron una gran marca en los episodios. Así pues, tenemos a Gemma Cuervo (actualmente en La que se avecina), Fernanda Hurtado (de las hermanas Hurtado del 1, 2, 3), Fernando Guillén, Carlos Larrañaga, Concha Cuetos, Fernando Delgado y tantos otros que han demostrado ser magníficos representantes de la profesión de interpretación en España y fuera de ella. Pero si hay uno que destaca sobremanera como no podía ser de otra forma, es el padre del creador, Narciso Ibáñez Menta. Este señor de rostro enjuto, nariz prominente, voz profunda y entonación exquisita (la cual es notable en su propio hijo) se lleva la palma en cuanto a la seriedad y profundidad de los personajes que interpreta. Cierto es que se trata del padre del realizador, pero no lo cambiaría ni un segundo. Es impresionante comprobar a lo largo de episodios como El Muñeco, La Alarma, El Asfalto, El Pacto, la solidez y rotundidad de su actuación, llegando en muchos casos a inquietar al espectador. Recuerdo que su hijo, en una de las presentaciones se refiere a él como “un viejo conocido”, cosas del humor de este genio. 
   No podemos olvidar tampoco al resto del equipo que formó parte de esta genial obra pionera del terror en nuestras pantallas, que hicieron posible que estos episodios aún hoy sean un referente.
Si aún así no le queréis echar un vistazo, lo entiendo, es muy antigua, pero no obsoleta. Pero si queréis comprobar si digo la verdad y de paso disfrutar como lo hago yo, no lo dudéis. 
   


   Para muestra:



      Enlaces:
  • Por desgracia la reedición que tengo no está disponible a la venta ni en FNAC ni en El Corte Inglés, así que os dejo un enlace de Google Shopping, por si lo encontrárais. Si no, ya sabéis adónde ir.


      Fuente de las fotos:

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