Si volvemos la vista atrás vemos enormes cantidades de aparatos electrónicos que han prometido ser la última generación, alta tecnología, vamos, lo nunca visto. Y si prestamos atención a esa línea temporal, ahí flotando en el espacio ahí millones de teléfonos móviles grandes como ladrillos; consolas de 8 bits que mostraban 16 colores en pantalla; televisores cúbicos que anunciaban color, etc. A lo largo de estos últimos 25 o 30 años ha pasado por delante nuestra la historia contemporánea de la tecnología cotidiana. Pero todo comienza con una idea, más o menos justificada, que puede terminar siendo realidad. Como aquella consola Jaguar de Atari, que duró menos que un caramelo a la puerta de un colegio. O la malograda Dreamcast, primera consola de 128 bits cuya facilidad para ser pirateada en pleno auge de Playstation hizo de ella un cadáver al poco tiempo, y los que la tuvieron saben que prometía mucho. Otro ejemplo que por aquí he usado alguna vez: el MiniDisc. En principio no tenía porqué ser un fracaso, formato digital, búsqueda de pistas, grabación, compatible con ATRAC, pero sinceramente, ¿habéis conocido a mucha gente con MiniDisc?
Un proyecto fallido no tiene porqué ser un aparato electrónico que no cumplió las expectativas, o uno que ni siquiera vio la luz, como el Nintendo CD-ROM. Un proyecto fallido puede ser y de hecho es, un proyecto que se ha aprobado, se ha llevado a cabo, ha supuesto una gran evolución ante sus predecesores, ha tenido éxito, se ha vendido como rosquillas y sigue haciéndolo. ¿Fallido? Sí. XBOX 360. Ruido. Calentamiento. Anillo de la muerte. Revisiones, parches, nuevos modelos. Tecnología inferior (siempre según la competencia) que la de sus rivales. Hoy por hoy se ha llevado de calle un buen número de juegos exclusivos, los logros son prácticamente un estándar en muchas plataformas, el sistema online es una referencia, y todavía no ha acabado: televisión online, redes sociales, alquiler de películas, videoconferencia, ¿reconocimiento facial?Etc, etc. Rotundo éxito. Para mí, y que me demuestren lo contrario, ha sido la referencia en esta generación de consolas. Lo de Wii tuvo explicación en su momento, por lo novedoso, pero nunca tuvo el fondo necesario para continuar. Playstation 3, por el contrario, ha sufrido a su compañía con sus políticas estúpidas. Le ha costado despegar y me temo que no alcanzará a la de Microsoft.
He querido poner un ejemplo de una compañía de la que podemos conocer los productos, para no ser llamado fanboy. Y los que leéis habitualmente esta sección sabréis porqué. Hay muchos otros ejemplos, en los que se cumplen ciertas premisas, como terminación inadecuada, software no optimizado, publicidad engañosa, complicación excesiva para el usuario, etc., y que sin embargo han llegado al mercado y han cosechado éxito. Pero el que me llamó la atención una vez que se estabilizó la publicidad que se hizo de su problema fue el iPhone 4.
Como ya todos sabréis, el iPhone 4 negro tiene un problema con las antenas exteriores que con tanto orgullo Steve Jobs se deshacía en elogios para los ingenieros de Apple. Probó ser un inconveniente coger el móvil con cierta mano para hablar o para escribir, porque la postura natural de los dedos implicaba tocar dos de las antenas a la vez, con el resultado fatídico de la pérdida de indicación de cobertura. Apple, que como sabréis se disculpó públicamente por su no-perfección, antes de dicha disculpa intentó colárnosla diciendo que el problema residía en la manera de representar las barras de cobertura, y que depende en buena parte del operador. Mentira podrida, querida Apple. El teléfono se queda muerto en varias ocasiones. Eso sí, depende de la zona y la cobertura que tengas en el momento de tocar las antenas sólo bajará la recepción, sin llegar a cero. También se dijo que la comunicación no se cortaba, que el problema era sólo de representación gráfica de la cobertura...mentira podrida de nuevo. Me ha pasado que hablando por el móvil he dejado de oír a la otra persona y se me ha llegado a cortar la llamada. Como ya digo, depende de la zona. Y también ocurre que, si eres como yo de los que usa mucho el móvil para juegos o aplicaciones que requieren cogerlo de manera apaisada, se interrumpe el juego o la aplicación cada dos por tres con el consabido cartelito de “no hay conexión de red”. Muy, muy molesto.
Entonces, Apple se disculpó, y de mala gana regaló a una buena cantidad de usuarios el famoso “bumper” o protector que cubría sólo la banda metálica donde se encuentran las antenas. Un terrible parche, una cicatriz inmensa en la credibilidad de Apple que dio como resultado duras críticas a una empresa cuyo variable valor en bolsa es fruto de la confianza, ni más ni menos.
Pero mirad por dónde, ha pasado el tiempo, y no dejo de ver iPhone 4 en todos lados por los que paso. Trabajo muchas veces fuera de casa y en entornos muy distintos, en manos de personas muy distintas, en distintas ciudades, en bares, en trenes, en autobuses, etc., etc., etc., siempre iPhone 4.
¿No os parece que el modelo blanco, exento del problema, deberían haberlo publicitado como se merece? Pues no, porque muchas compañías sacan varios colores en sus productos sin esperar casi un año. No, porque la presentación se realizó con el modelo negro. No, porque ya no es nuevo. Pero sinceramente, me quedo mirando siempre que veo uno blanco, por aquello de que su usuario puede quitarle la funda para hablar sin preocuparse de dónde pone el meñique derecho. Yo mientras seguiré con funda o cascos.
Fuente de las fotos:
-2d-x
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