Como de todo hay que hacer en esta vida, aparte de maravillarnos con la tecnología que nos rodea, también hay que vivir otras cosas. Recientemente la cigüeña se ha estampado contra nuestra ventana dejando un regalito y claro, hay que adaptarse a la situación. Después de unos días de convivencia con el susodicho, y debería decir convivencia diurna y nocturna, porque nos mantiene despiertos a la “procuradora de alimentos” y a mí, hay ocasiones en que no estamos delante de él, y nos preocupa no saber la situación en que se encuentra si tenemos que ausentarnos de la estancia. Afortunadamente, el piso no es de una extensión excesiva, y llegamos pronto a donde se encuentra. Pero en el futuro, cuando ya no esté siempre durmiendo o se despierte más frecuentemente con el ruido y demás, tendrá que estar en otra habitación y por tanto deberíamos poder colar un “espía” para saber si está bien.
El mercado no está exento de opciones, unas más comerciales que otras, otras que se apoyan más en la marca, unas con vídeo, otras con audio en las dos direcciones, etc. Entonces me surge la gran duda, ¿cuál se ajusta más a nuestras necesidades?
Después de leer una revista con monográfico incluido, y visitar unas páginas web, he aprendido lo siguiente:
- Muy importante: debe contar con un sistema de seguridad tal que permita conocer el estado de la batería en todo momento y avisar cuando se esté gastando, de manera que sea imposible dejar sin vigilancia al bebé.
- Que los hay con o sin vídeo. El precio varía bastante y normalmente disponen de visión nocturna por si el bebé monta una escaramuza.
- Que deben tener batería recargable y la posibilidad de funcionar mientras se recargan. También esto afecta significativamente al precio.
- Que pueden tener audio tanto desde el bebé como hacia el bebé, lo que me hace pensar en esas fotos que me pueden hacer mientras le canto al emisor delante de mi cara.
- Posibilidad de emitir luz y/o sonido al bebé, para tranquilizarlo. Los hay con canciones también. Cuando quiera que el niño se despierte a una hora, le haré oír Metallica desde el emisor.
- En el caso de que incorpore vídeo, el receptor puede ser como un Walkie-Talkie o directamente una pantalla que ocupa toda la superficie del aparato. Creo que esto es engorroso, aunque hay posibilidad de colgársela al cuello. Nunca leí sobre una esclavitud de los padres más severa.
- Que puede ser digital o analógico. La diferencia es que el analógico debe contar con varios canales (mientras más, mejor) para no interferir con otros aparatos. Parece ser que los digitales, a iguales prestaciones, son más caros.
- Que pueden incluir también otros extras, como regulación del micrófono, indicador de temperatura de la estancia, vibración, activación por voz, soportes más o menos útiles como correas, enganches, trípodes, etc.
Después de escribir todo esto, se me están quitando las ganas de ir a comprarlo, aunque reconozco que ahora tengo las ideas más claras. Supongo que lo que necesito es un aparato con vídeo, cámara nocturna, digital o por lo menos analógico con muchos canales, posibilidad de encenderle una luz al niño, emitirle sonido, activación por voz, batería y funcionamiento enchufado a la red, aviso insistente y desesperante de batería baja, fácil funcionamiento, pocos botones y de fácil colocación en cualquier sitio.
Me han surgido ideas alternativas, no voy a negarlo. Son un poco de mi estilo, un tanto burdo pero siempre práctico. Claro, si en realidad ya tengo en casa todo lo que necesito...si le pongo un iPhone 4 al niño enchufado permanentemente y otro en cualquier punto del piso con Facetime...¡lo tengo todo!
No, espera, ¿y si compro una cámara web de estas que no necesitan conexión al ordenador, sólo el cable de red o wifi? Tendría al niño siempre en una IP determinada y lo podría ver desde donde quiera...
La verdad, amigos, es que soluciones hay muchas, pero el iPhone es para el padre, el niño ya tendrá lo que le toque. ¡De momento me toca ir a comprar el dichoso vigilabebés!
Enlaces:
-Jané
-Baby Gear (Fisher-Price)
Fuente de la foto: bebegadgets.com
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