Los que llevamos tiempo jugando a videojuegos (y no me refiero a unos pocos años, sino casi dos décadas) lo entendemos como parte indispensable del entretenimiento y cada vez más relevante. No hay más que ver las cifras que se manejan en los grandes estudios a la hora de crear un título de la talla del nuevo Call of Duty o Assassin’s Creed, y ni que decir tiene que los primeros días en venta de algunos de ellos superan a la recaudación de las películas más taquilleras a igual número de días a disposición del público.
También hay que decir sobre los videojuego que durante mucho tiempo sus aficionados hemos nadado contracorriente, teniendo que soportar la mala prensa, la intransigencia y un cierto halo de marginación que nos han diferenciado del resto de mortales. Pero afortunadamente esa época ha pasado. Ahora tenemos videojuegos en el ordenador, la consola, en el móvil, individuales, en grupo por Internet, táctiles, activados por movimiento, por captura de imagen, en tres dimensiones, profesionales, casuals, etc. Y nadie está a salvo de ellos cuando en cualquier momento de esperas, aburrimiento o relax puede uno echar una partida en el móvil a un juego nuevo especialmente diseñado para ser portátil o un juego antiguo rescatado y remozado para divertir a nuevas generaciones. Seguid leyendo.
Si yo quisiera comenzar un enorme post sobre la Historia de los Videojuegos podría hacerlo, y os contaría sobre el Pong en un osciloscopio, sobre los padres de los videojuegos, los primeros sistemas, y los inicios de una industria liderada por Atari, su caída desde lo más alto, los juegos para ordenador de hace tantos años, las batallas entre Sega y Nintendo, la hegemonía de Sony Computer Entertainment durante mucho tiempo, las consolas que quedaron en el olvido, los proyectos fallidos, la generación actual, etc. Y esto sería un granito de arena más que contribuiría a ese montón de webs donde se cuenta la misma historia por parte de personas con más información que yo y que seguramente pueden hacerlo mejor que yo. Así que lo que haré será lo siguiente: contar cómo ha sido y es para mí, y qué juegos he conocido y jugado a lo largo de mis años de afición. Y voy a pasar de soslayo algún tema que considero que no va a ser de vuestro interés, no obstante siempre podéis pedirme más información al respecto.
Años 80-85
No sé si os ha pasado, pero yo con 5 o 7 años ya sabía que los videojuegos me gustaban, al igual que los ordenadores. “Los niños de ahora también lo saben” -podéis decir- pero ahora cualquiera tiene acceso a Internet y algún tipo de soporte para jugar a videojuegos, como un móvil o un ordenador (o varios) en casa. Por entonces si conocías a alguien que tuviera un Spectrum o Commodore ya te podías dar con un canto en los dientes. En mi caso había tenido algunas Game&Watch bastante curiosas y acceso de vez en cuando al Spectrum Sinclair 48k de unos familiares. Tuve la ocasión de descubrir lo que hoy son clásicos de aquel tiempo: Mascarada, Barbarian, Phantis, y tantos otros que me parecieron tecnología de la NASA, que se cargaban desde un cassette y después de millones de pitidos graves y agudos (ver vídeo) se jugaban en un TV. Al mismo tiempo y más cerca de mi casa pude probar el Fernando Martín Basket para Amstrad, pero en aquella casa no se veía con buenos ojos que la gente viniera para jugar a videojuegos y llegaron a cortar la electricidad para que lo dejáramos y saliéramos a la calle. Cosas de los pueblos y de la época.
Continuará...
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