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miércoles, 30 de diciembre de 2015

:: Récord de España 2015 ::


21/12/2015

   Ocurre que no soy capaz de tener encendido el televisor sin atender aunque sea un poco a lo que estén emitiendo. Cabe señalar que de toda la programación que pueden emitir sólo me interesa ver noticias, para otro tipo de emisiones nunca confío en los programadores de la televisión. 

   Desde hace años estamos siendo informados de manera más vehemente sobre la violencia (doméstica o no) de género, y cada vez nos llegan más noticias. Desconozco si esto último se debe a que se les da más prioridad a dichas noticias, o porque estamos batiendo récords cada año. Me inclino por esto último, dado que las cifras de este año ya han superado a las del anterior, y aún queda hasta la Nochevieja.

   Viendo las noticias cuando el entorno lo permite, u oyéndolas mientras hago cualquier otra tarea, me parece que ya escucho más noticias de muertes relacionadas con el maltrato que anuncios de publicidad. Esto no es una exageración, ya que como he aclarado anteriormente, de toda la programación sólo veo informativos, y no hay mucha publicidad.

   Conforme han ido pasando los años, me voy sintiendo más consciente de que en mi país se asesina a una mujer casi semanalmente. No recuerdo


cuando era pequeño que hubiera esta alarma social. Bueno, alarma social tampoco, porque nadie en mi entorno habla de ello, y ya debería serlo. Cuando Telecinco a finales del siglo pasado inició una campaña llamada Doce Meses Doce Causas me di cuenta con no poca sorpresa de que no ya en un país lejano con modales bárbaros, no ya en una tribu ni en una pequeña comunidad, se asesinaba a mujeres en España.
   Puede que ingenuamente pensara en aquel entonces que esos crímenes son puntuales, debidos a la enajenación mental de algún individuo, o de algún asesino disfrazado de ciudadano. Pero no que sus parejas pudieran cometer semejante atrocidad. A esto hay que sumarle que se le empezó a dar cabida a este tipo de noticias y durante un tiempo hubo una cierta atención, pero como todas las guerras y conflictos que aparecen por televisión, van dejando de ser actualidad hasta quedarse en estadística. Pero mientras vemos la estadística …”venga, va, ya han matado a otra…”; ha muerto una mujer. Una mujer ha dejado de respirar. Puede que una madre haya dejado  hijos huérfanos, aunque tengan padre y sea el asesino, porque un hombre que hace esto no puede ser considerado padre de nadie.
   Pasaron los años y he podido ver y oír de todo. Aunque siempre hay sorpresas, la vida va batiendo sus propios récords: mujeres que denuncian y las matan al poco tiempo, mujeres que consiguen orden de alejamiento y terminan muertas igual, mujeres que caen muertas delante de sus hijos, mujeres muertas a navajazos, a hachazos, a disparos, etc. Una variante de esto es aquella en que el asesino con el que vive termina también muerto. Mirándolo bien nos ahorra los costes de mantenerlo si es que lo envían a prisión. Pero el problema está ahí y es cada vez más grave, por las cifras que estamos teniendo. 

   Ayer disfrutamos de la mal llamada “fiesta de la Democracia”, que debería llamarse la “Fiesta de la ley d’Hondt”, porque no puede llamarse Democracia a un sistema en que los votos no cuentan igual para todos. Y sobre todo donde los votos NO SON los que cuentan para ganar, sino los escaños. Hay más partidos relevantes que nunca en el panorama político español, y cada cual ofrece unas ideas y propone unas medidas que son la panacea o al menos una novedad que mejorará sin duda nuestra calidad de vida presente y futura. Olé sus huevos. Vivo en un país que se plantea reformas profundas en su Constitución, cambios radicales en políticas sociales y laborales, medidas de progreso para las empresas pequeñas, medianas y grandes…pero que aún es capaz de tener una estadística brutal de más de 50 mujeres asesinadas por sus parejas en un año 2015 que parece futurista, huele a número futurista desde luego, pero que sigue en el cuadro aquel de Goya de los bastonazos.

   Sé que hay algún partido que propone cambios más profundos en materia de Educación, prometiendo con sus medidas se asegura un futuro prometedor. Desde luego no es ninguna tontería, soy uno de esos que opina que los cambios en materia de educación define la sociedad inmediatamente posterior a la presente, y hemos tenido cambios legislativos con cada cambio de partido en el poder. Más de una vez me he preguntado si no sería una solución para varios problemas que todos tuviéramos una conciencia de grupo como consecuencia de haber estudiado las mismas materias. Y dejar cierta idiosincrasia por el camino. No me importaría perder lastre acumulado de mi región, lleno de prejuicios, de intolerancias, de diferencias; y ganar con ello una cercanía, un hermanamiento que me permitiera acusar los parecidos y obviar las diferencias, o incluso disfrutar de ellas como de la gastronomía.

30/12/2015

   ¿Os habéis parado a pensar la poca utilidad de los recursos actuales? Las órdenes de alejamiento, los brazaletes, las denuncias, la línea telefónica…han precipitado incluso más el aumento de víctimas. Si a todo ello sumamos que los responsables a veces lo hacen delante de los hijos, también tenemos un aumento del número de maltratadores.

   Parece que tendremos que avanzar un poco más antes de ver la luz como una nación moderna, porque a mis ojos estamos aún en penumbra. El lastre que arrastramos viene dado por una preocupación política más por los resultados a corto plazo que por verdadera vocación de servicio a la sociedad. Probablemente esta sea parte de la solución para nuestros hijos, pero no podemos confiar sólo en el trabajo de los educadores, la parte más importante es la nuestra. No puedo esperar inocentemente que mis hijos estén libres de prejuicios si cuando vienen del colegio encuentran en casa un ambiente que los favorece. 

   Valoramos mucho nuestra cultura, pero parece que nunca la vemos con suficiente crítica. A nuestros niños les mostramos cada día machismo con cada falta de empatía, de respeto y con el típico cachondeo cuando entre amigos soltamos alguna frase que no nos gustaría que se supiera en público. Todo eso se va acumulando, y si no se corrige termina siendo parte del comportamiento de aquellos que repetirán nuestros mismos errores. Si el día de mañana nuestro hijo maltrata de cualquier manera a su pareja…¿qué esperábamos? Hemos sido cómplices, no nos podemos horrorizar de una noticia de violencia de género y acto seguido seguir cometiendo pequeñas muestras de injusticia en casa.

   Cuando empecé a escribir este texto hace unos días, pensaba que no iba a aumentar la ya cifra récord de asesinatos de mujeres como resultado de la violencia de género. Ahora mismo, las 18:18 del 30/12/2015, ha pasado de 50 a 55. Y yo diría que hay posibilidades aún de superarnos en este sentido. 

   Bienvenidos a 2016. Bienvenidos a la mala educación que das en casa, tanto si maltratas como si eres maltratad@. Bienvenidos a la barbarie. Es culpa nuestra y no queremos reconocerlo. 

   Pensároslo


Nota: Donde he señalado en negrita las palabras “casi semanalmente” aún no habíamos llegado a 52 asesinatos. La manera más correcta de expresar la estadística sería ahora “más de una por semana”.

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